Alfonso Flórez

Professeur à la Pontificia Universidad Javeriana de Bogota, Colombie 

[Texte en espagnol]

Mis intereses actuales son de índole metafísica en el sentido propio del término, lo que incluye reflexiones de índole fenomenológica y hermenéutica, en el contexto amplio de consideraciones sobre la palabra y la filosofía en su historia. El autor que se halla en el centro de mis indagaciones es Agustín, aunque exploro con interés los aportes al pensamiento de Platón y de Heidegger. Más recientemente, estoy dedicado al estudio de Maxence Caron.

25 de mayo de 2010

En esta ocasión quiero referir a tres libros de Maxence Caron

– Maxence Caron, La Verité captive. De la philosophie, Le Cerf – Ad Solem, París 2009, 1120 pp.

Se trata del primer tomo de la obra magna del joven filósofo francés Maxence Caron. Según lo indica su propio subtítulo, Système nouveau de la philosophie et de son histoire passée, présente et à venir, Caron ha compuesto los prolegómenos de lo que será, sin duda, el acontecimiento filosófico de comienzos del siglo XXI, denominado por él mismo como Système de l’Éternité, de l’histoire et du temps. La verdad cautiva busca construir un edificio de sentido, y abolir, mediante el pensamiento, toda distinción artificial entre la fe y la razón, entre la literatura y la filosofía. La obra se propone una relectura integral de la historia a partir de una ontología trinitaria, denunciando el inmanentismo feroz de nuestra propia época y sus epígonos, Lévinas, Derrida y Marion.

Para ilustración presento una cita del autor sobre la relevancia de la oración en el pensamiento (pp. 83s) :

« L’approche du Principe que la pensée doit mettre en oeuvre se modifie radicalement et rejoint l’exigence  d’être aussi accueillante que son Principe veut donner. À l’infinité du Principe doit répondre une infinité d’ouverture, ce que ne permettent pas les petites méthodologies de base, dont les ratiocinations obstruent l’accès à l’objet même quand ce dernier est limité; à combien plus forte raison quand il s’agit de s’ouvrir à une teneur ontologique dont la Différence fondamentale est tout ce que nous pouvons en atteindre. La seule méthodologie possible pour la pensée, préalablement à tout et afin qu’elle s’atteigne précisément elle-même comme pensée en se recevant de ce qu’elle porte, c’est une attitude proche de l’oraison: elle seule nous maintient en présence de Celui qui n’est pas appréhensible, elle seule fait naître la philosophie. Si chercher à le saisir est vain et si la reconnaissance de cette vanité pousse à amoindrir l’essence pour donner dans l’illusion de la saisir, il n’y a qu’un moyen de garder une pensée pour l’Essence sans faire subir au concept de cette dernière le crible de notre incompréhension : recueillir en soi-même l’attention à l’éminence du Principe, c’est-à-dire entrer en l’attitude où le Principe est laissé se donner, et cette attitude faite de silence et d’abandon s’appelle l’oraison. L’oraison n’a rien ici d’exclusivement religieux, elle est la seule méthode possible pour la philosophie, une approche strictement phénoménologique au sens authentique du terme : laisser le Principe en lui-même, donc en sa Différence fondamentale, afin de le regarder ouvrir sa dimension propre, et non les dimensions présupposées qu’une pensée s’entêtant à se vouloir non avertie risque d’interpoler. »

 
– Maxence Caron, Pages. Le sens, la musique et les mots, Séguier, París 2009, 433 pp.

Se trata de una compilación de ensayos musicales, filosóficos y literarios, en los cuales el autor muestra, mejor quizás que en su grandes obras sistemáticas, el perfil de sus compromisos filosóficos. Primero que todo, por supuesto, su convicción de que la verdad significa siempre la Verdad, esto es, el Hijo, la Segunda Persona de la Trinidad. En ningún momento Caron oculta su confesión católica, a partir de la cual procede a estudiar obras de los grandes compositores, como Bruckner, Brahms, Beethoven, Bach, Schubert, Chopin, Richard Strauss, Mahler, Mozart, junto con poetas como Rimbaud, Breton y Valéry, y, por supuesto, a filósofos de cabecera como Pascal, Hegel y Heidegger, sin olvidar a Nietzsche y a Tomás de Aquino. Esto indica que en ningún momento Caron estima que la verdad sea asunto exclusivo de la filosofía, y el verdadero pensador debe estar dispuesto a buscarla no menos en los grandes filósofos que en las grandes obras de arte.

– Maxence Caron, La pensée catholique de Jean-Sébastien Bach, Via Romana, Versalles 2010.

El subtítulo de esta obra, La Messe en si, muestra a las claras cuál es su temática. La misa en si menor, en efecto, es, junto con El arte de la fuga, el testamento filosófico de Bach. La Misa, en particular, muestra el verdadero compromiso religioso del último Bach, que ya liberado de las servidumbres palatinas luteranas manifiestas en sus Cantatas, puede, por fin, componer una gran misa católica. Con gran virtuosismo técnico, el autor muestra cómo la firma de B.A.C.H. (si bemol, la, do, si natural) se encuentra inscrita en la estructura misma de la obra y cómo el propio compositor se identifica con la Persona del Hijo, dentro de esa estructura trinitaria que constituye la obra artística y litúrgica.

Valga decir que Maxence Caron (1976) constituye una de las voces más claras y lúcidas del pensamiento actual. Para no andar con ambages, digamos que se trata de un pensador católico, crítico de la posmodernidad, con su carga de inmanentismo y relativismo, y que, por ello mismo, no suscitará las simpatías de la mayoría. Tampoco yo me identifico con esa mayoría, y en la extensa y erudita obra de Caron he encontrado innumerables ideas y planteamientos que me son afines y, lo principal, que estimo como esencialmente correctos y verdaderos.

El sitio web de Maxence Caron contiene una cantidad inimaginable de material escrito, auditivo (entrevistas y piezas musicales) y fílmico. Por supuesto, es el lugar apropiado para introducirse al pensamiento de este joven filósofo, músico y escritor (las tres cosas a la vez) :

https://maxencecaron.fr

Source : http://sites.google.com/site/alfonsoflorezflorez/home